Etiología y tipos de trastornos del espectro autista
El trastorno del espectro autista (TEA), se agrupa dentro de los trastornos del neurodesarrollo e incluye varios tipos de trastornos (trastorno Autista, de Asperger, desintegrativo infantil y trastorno generalizado del desarrollo no especificado).
Este tipo de trastornos cuentan con una fuerte base genética y se manifiestan ya en edades tempranas, aunque el nivel de gravedad y la edad de aparición varía del mismo modo que las características y síntomas de cada individuo. Por ello, aunque existen categorías diagnósticas, las personas con TEA suelen diferenciarse entre sí.
Sintomatología
Las personas con TEA presentan síntomas relacionados con disfunciones en la interacción social, la comunicación y la rigidez en el comportamiento y razonamiento.
Existen tres grados de gravedad, en función del nivel de afectación de las deficiencias.
Las deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos suelen afectar a la reciprocidad socioemocional, a las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social y al desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones.
Además, son muy característicos lo patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento y la existencia de intereses o actividades restringidas y repetitivas que se manifiestan en movimientos estereotipados, inflexibilidad en rutinas, etc.
Es importante realizar un buen diagnóstico de este tipo de trastornos, ya que cuando existen deficiencias notables de la comunicación social, pero los síntomas no cumplen los criterios de trastorno del espectro autista, deben ser evaluados para diagnosticar un posible trastorno de la comunicación social (pragmática).
Tratamiento y recomendaciones
Los individuos con TEA necesitan un mundo estructurado y predecible, con ambientes tranquilos, sencillos… De este modo, son recomendables las actividades lúdicas, con instrucciones claras explicadas con leguaje muy claro y visual (preferentemente código viso-espacial), así como iniciativas para fomentar la interacción y para proporcionar información clara y contingente sobre las consecuencias de las conductas disfuncionales, ayudando a sustituirlas por otras alternativas y funcionales.
La ayuda profesional es fundamental realizar un diagnóstico adecuado y para orientar a equipos docentes y a familias.
En ISIPE contamos con un equipo multidisciplinar para garantizar una atención integral a niños y adolescentes.
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