Trastornos que afectan al lenguaje

Los trastornos del lenguaje dificultan o anulan la comprensión y expresión y pueden afectar a la comunicación oral o escrita y a la comprensión o producción del lenguaje. Además, el lenguaje desempeña un papel de nivel superior en el manejo de nuestros procesos mentales; por lo tanto, es afectado por otras conductas y, a su vez, las afecta.

Este tipo de trastornos, independientemente del momento en el que surjan (en el momento del desarrollo del lenguaje o como una pérdida posterior de habilidades ya adquiridas), pueden afectar al habla, a la escritura o a elementos paraverbales (tono, fluidez, etc.) o no verbales (gestuales).

Tipos de trastornos y sintomatología

Existen multitud de trastornos del lenguaje, desde el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), hasta varios tipos de dislalias (disartria, disglosia, etc.), disfemia, trastorno de la comunicación social o pragmática, afasias y disfasias, dislexia, alexia, hiperlexia, disgrafia, agrafia, disortografia, glosolalia, taquifemia y trastornos de la mímica, como la dismimia, hipermimia, hipomimia o amimia.

La dislalia afecta a la producción del lenguaje oral, pero sin duda, el trastorno más conocido y frecuente es la dislexia, que afecta principalmente al lenguaje escrito y supone dificultad para leer o para comprender lo que se lee. Esto se debe a la realización de sustituciones y mezclas de letras, así como omisiones y traslaciones, que tienen como resultado una lectura lenta y dificultosa.

Como gran parte de los trastornos del aprendizaje, los síntomas son generales y varían de una persona a otra, pudiendo ir asociados a déficits de la atención, de los movimientos oculares, del desarrollo cerebral, de la memoria, de la coordinación, de las capacidades espaciales, de la secuenciación del movimiento, de la lectura de mapas y del procesamiento viso-espacial.

Tratamiento y recomendaciones

La plasticidad neuronal permite trabajar en los procesos ligados a la lectura para adquirir habilidades para interpretar y reconocer los fonemas y grafemas, así como automatizar las normas de lectura de modo progresivo.

La detección y atención temprana es fundamental para optimizar los resultados del tratamiento.

En todo caso, es recomendable que las personas con dislexia no sean forzadas a realizar actividades relacionadas con la lectura y habla en público de manera forzada, así como evitar ejercicios competitivos.

Además, es conveniente proponer formas alternativas de realizar evaluaciones escritas y cerciorarse de que comprenden bien las preguntas que se les realiza, dotándoles del tiempo necesario para la realización de las actividades.

Por último, los individuos con dislexia se benefician enormemente de las tareas que fomentan su concentración, por lo que los profesionales pueden proponer a las familias actividades para optimizar la práctica de la atención en varios niveles.

Desde ISIPE apostamos por la atención temprana para dotar a niños y adolescentes de las herramientas adecuadas en su tratamiento.

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